lunes, 12 de mayo de 2008

Breve historia del marketing

Existe una antigua histo­ria sobre una vieja compañía norteamericana de zapatos que mandó a un representan­te de ventas a una isla del Pacífico para investigar si la empresa podía vender zapa­tos allí. Después de algunos días, el hombre de ventas envió un mensaje a la compa­ñía diciendo...



Bajo el título "El hombre de marketing", Philip Kotler escribió:

Existe una antigua histo­ria sobre una vieja compañía norteamericana de zapatos que mandó a un representan­te de ventas a una isla del Pacífico para investigar si la empresa podía vender zapa­tos allí. Después de algunos días, el hombre de ventas envió un mensaje a la compa­ñía diciendo: "La gente aquí, no usa zapatos. No existe mercado".

El gerente, de todas maneras, pensó en verificar esta conclusión y envió a uno de sus mejores vendedores a la isla. A los pocos días, el segundo representante llamó a la empresa y dijo: "La gente aquí no usa zapatos. Existe un mercado enorme".

La historia normalmente termina aquí, pero yo quisiera agregar algo más. Confundido por las dos conclusiones opuestas, el gerente decidió mandar a su mejor vendedor a esa isla. Este hombre, se tomó más tiempo y finalmente, llamó diciendo: "La gente tiene mal los pies y usar zapatos la beneficiaría. Nosotros, podría­mos diseñar zapatos que solu­cionen sus necesidades.

Tendremos que invertir en publicidad para informar a la gente sobre los beneficios de usar zapatos. Necesitare­mos la cooperación del jefe de la tribu antes de empezar. La gente no tiene dinero, pero cultivan los ananás más dul­ces que yo jamás haya proba­do. Estimé el potencial de ven­tas y todos los costos; ade­más, estimé la posibilidad de vender ananás a una cadena de supermercados australiana que paga en dólares y pienso que podemos obtener un 20 por ciento de retorno de nues­tro dinero".

¿Qué podemos decir acerca del pensamiento de marketing de cada uno de estos vendedores?

El primer vendedor tiene el carácter de "cumplidor de órdenes". Como vio que la gente no usaba zapatos y no los pedía, asumió que no había mercado.

El segundo, es un verda­dero vendedor: como vio que ningún poblador usaba zapa­tos, observó un mercado de grandes oportunidades. Viene con una actitud de "yo puedo vender cualquier cosa". Es la clase de vendedor que cree que puede venderle hielo a los esquimales y arena a los ára­bes. Si el negocio es o no ren­table, al vendedor no le con­cierne.

El tercer representante de la empresa, tiene el carác­ter de un hombre de marke­ting. Un marketer trata de identificar las necesidades y los deseos reales, tanto los manifiestos como los poten­ciales. Piensa en las distintas alternativas para ofrecer sus productos o una adaptación de ellos a fin de beneficiar al mercado. El marketer, sabe que entrar y construir un nuevo mercado implica mayo­res costos, comparándolos con los potenciales ingresos. Este hombre, busca las opor­tunidades de mercado que satisfacen a los clientes y a la vez, dan ganancias a la com­pañía, escribió Kotler.

Fuente: Revista El Repuesto Marzo 2007